El enclave para ricos y adinerados que es Saint-Tropez tiene una plétora de hoteles de lujo que ofrecer, pero ninguno de ellos es como el pintoresco Villa Belrose Saint-Tropez. Su curiosa ubicación, su pequeño tamaño y su elegante decoración le han valido un lugar en la colección "Small Luxury Hotels of the World", y durante un corto viaje por carretera a la Riviera Francesa nos quedamos a pasar la noche para averiguar por qué.
Villa Belrose
Comercializada como el escondite de Saint-Tropez, la Althoff Villa Belrose se asienta en lo alto de una colina local que domina la bahía de Saint-Tropez. La villa de estilo florentino alberga un total de 40 alojamientos de lujo, diseñados para respirar la atmósfera y el estilo de los años 50 y 60 en Saint-Tropez. Un interior cálido y lujoso recibe a los huéspedes a la entrada del vestíbulo, atrayendo la mirada hacia las impresionantes vistas de la terraza del hotel, situada justo enfrente.
La terraza superior da la bienvenida a los huéspedes al amplio espacio exterior del hotel, dividido en tres niveles. Funciona como terraza para el bar del hotel, ya que las majestuosas escaleras con balaustradas blancas conducen a los huéspedes a la terraza principal, donde se sirven cenas y desayunos. La terraza más grande del segundo nivel ofrece un ambiente confortable en el que los huéspedes pueden disfrutar de las delicias servidas por el restaurante "Le Belrose", galardonado con una estrella Michelin, y degustar un completo desayuno bufé al sol de la mañana.
Otras escaleras conducen a la planta baja, donde se encuentra la piscina climatizada más grande de la península (200 metros cuadrados), un bar en la piscina, un gimnasio, un spa y un jardín. La cubierta inferior da acceso además a 20 habitaciones dobles superiores con vistas al jardín y a la piscina. Contemplar la villa desde la terraza de la piscina es realmente impresionante, el tono amarillo claro del edificio resalta con el sol del verano y se integra perfectamente en su entorno. Las balaustradas blancas y los detalles arquitectónicos transmiten aún más su imagen mediterránea de cinco estrellas.
Ubicación
Situado en un rincón más bien tranquilo de la península de Saint-Tropez, este establecimiento de cinco estrellas no podría ser más diferente de un complejo de playa de la Costa Azul. Mientras que el tráfico a Saint-Tropez durante las vacaciones de verano es una lucha en general, la ubicación estratégica de Villa Belrose en las colinas de la pequeña ciudad provenzal Gassin evita que los huéspedes tengan que estar parados más tiempo en el tráfico hacia la turística ciudad costera. Una pequeña calle que da servicio a las residencias locales de las colinas de Gassin desemboca en la entrada de Villa Belrose, donde las vistas de los paisajes de la ribera circundante son realmente gratificantes.
El hotel es fácilmente accesible en coche y dispone de un amplio aparcamiento, gestionado por su propio servicio de aparcacoches. Además, el hotel ofrece servicios de transporte desde y hacia los aeropuertos cercanos, así como servicios de transporte a la ciudad para mayor comodidad de los huéspedes. El aeropuerto más cercano está a sólo 55 kilómetros, en Toulon, mientras que la distancia al aeropuerto de Niza-Costa Azul, más grande, es de cien kilómetros.
Habitaciones
Durante nuestra estancia en Villa Belrose nos dieron una habitación "Prestige Sea View" en el tercer nivel, justo al lado del vestíbulo del hotel. Al igual que las magníficas vistas, el servicio del hotel tampoco tiene parangón, ya que ofrece un servicio de mayordomo que apenas obliga a los huéspedes a abrir la puerta de su habitación. El excepcional servicio no acaba ahí, en el interior nos esperaba un plato de fruta y golosinas de cortesía, así como una botella de rosado con etiqueta de la casa en una cubitera.
Nuestra habitación era compacta pero lujosa, y el baño de mármol era la prueba definitiva de esto último. Al abrir la puerta de la terraza de la habitación, se hizo evidente que se había prestado especial atención al espacio exterior. La terraza privada es casi el doble de grande que la habitación del hotel y ofrece las mismas impresionantes vistas de la zona. Viene con dos tumbonas de lujo que nos brindan la oportunidad de relajarnos bajo el suave clima vespertino de Saint-Tropez tras un largo día de conducción.
Caballo de desfile del hotel es la suite superior con vistas al mar, que mide unos impresionantes 70 metros cuadrados. Dispone de dos cuartos de baño de mármol y una sala de estar independiente. Su terraza privada con tumbonas con vistas a la bahía de Saint-Tropez es igual de impresionante y tiene espacio para hasta cuatro huéspedes. Si busca las mejores vistas que ofrece el hotel, puede considerar la suite situada en la última planta. Mide 10 metros cuadrados menos y dispone de balcón en lugar de terraza, pero puede ampliarse hasta 100 metros cuadrados gracias a dos habitaciones contiguas.
Piscina y bienestar
Despertarse y ver salir el sol sobre una bahía de Saint-Tropez repleta de yates fue una experiencia inigualable. Nos levantamos temprano para probar el gimnasio del hotel y darnos un chapuzón en la piscina antes de deleitarnos con el amplio desayuno bufé. La sala de fitness del hotel es de fácil acceso a través del ascensor del vestíbulo y el hecho de que esté junto a la piscina del hotel la hace aún más práctica.
Los huéspedes tienen a su disposición todo el equipamiento necesario para su ejercicio diario, desde varios aparatos de cardio hasta un juego de pesas. Mientras hacen ejercicio, el personal del hotel estará encantado de ayudarles en lo que necesiten y les proporcionará botellas de agua gratuitas. Despues de nuestra rutina diaria de ejercicios, nos plantamos en una de las camas de la piscina y nos zambullimos en una refrescante piscina. Aunque sólo pudimos disfrutar de la piscina en una mañana temprana y tranquila, podemos imaginar lo relajante que debe ser durante el día con un servicio completo de bar de piscina a su disposición.
Restaurante y bar
Después de haber tenido que renunciar a una elegante cena preparada por Pietro Volontè, chef de Villa Belrose galardonado con una estrella Michelin, debido a que llegamos tarde la noche anterior, pudimos disfrutar del desayuno buffet recién preparado del hotel. Pedimos una tortilla a la carta y nos la sirvieron con café recién hecho. El buffet ofrecía una plétora de delicias locales y platos mediterráneos para elegir, y con una mesa al borde de la terraza no había nada más que pudiéramos desear.
Si le apetece cenar en el prestigioso restaurante "Le Belrose", la especialidad del chef estrella es el Risotto "Pietro Volontè" para dos, que se sirve en una rueda de parmesano. Como cabe esperar de un restaurante con estrella Michelin, la amplia carta incluye numerosas delicias locales y exclusivas, como cola de langosta azul, cigalas escocesas y una gran variedad de aperitivos.
También se puede comer en la piscina. Le Petit Belrose" no es sólo un bar de piscina, sino que cuenta con un completo menú propio que sirve una amplia variedad de platos en su mesa junto a la piscina.
Para cualquier otro servicio o petición especial, el conserje del hotel es la persona a la que acudir, que estará encantado de ayudar. Le preguntamos si conocía alguna ruta especial o pintoresca de la zona y estuvo encantado de marcarnos algunas en un mapa. La cercana D93, que rodea la península y cruza uno de los puntos más altos de la zona, fue una buena recomendación y una carretera panorámica que disfrutamos mucho conduciendo.
Conclusión
Nuestra estancia en Villa Belrose ha sido una experiencia verdaderamente especial. El entorno de la lujosa finca y sus hipnotizantes vistas son sin duda lo mejor de la zona de Saint-Tropez. La configuración a escala relativamente pequeña da una mayor sensación de lujo y servicio, perfectamente retratado por el personal del hotel altamente competente. Desde los pequeños detalles, como una botella de agua de cortesía en la sala de fitness, hasta la amable bienvenida en nuestro propio idioma al salir del coche: todos los detalles se cuidan de forma muy satisfactoria.
El término "bañarse en el lujo" es sin duda aplicable aquí, desde la tentadora piscina de gran tamaño hasta la bañera de mármol del cuarto de baño del alojamiento. Además, la propiedad cuenta con un prestigioso restaurante que destaca por sus excelentes platos mediterráneos, que atraen a huéspedes de todas partes. Su inclusión en la lista World's Luxury Small Hotels es más que merecida.
